Un ejemplo a seguir en Cataluña

La situación sociopolítica de España me ha hecho recordar un hecho acaecido hace ya una veintena de años, ocurridos en una multinacional asentada en nuestra nación.
Para poner al lector en contexto unos ligeros apuntes:
Los talleres de maquinaria automática de esa fábrica, donde laboraban unas 1200 personas del sexo masculino, sufrían desde hace unos años una epidemia de dermatitis con granos y fuertes picores…
Estos síntomas se paliaba con tratamiento médico basado en un jabón germicida (“Multidermol”) y cremas barrera, todas suministradas por la farmacia de la propia compañía sin coste para el personal obrero, siendo administradas por el Dr. H. (cuya farmacia controlaba y dirigía) con control sindical del delegado sindical de un sindicato de clase.

Años de tratamiento inútil, puesto que los efectos del aceite empleados en el proceso fabril persistía pese a la aplicación de jabones y cremas barrera.
La epidemia se hizo crónica y fue asumida por la plantilla con resignación, hasta que un nuevo sindicalista de un sindicato de clase diferente al oficial hizo entrada en el problema.

Este sindicalista procedía de la misma base obrera, sufrió las mismas epidemias de granos, a continuación pego un trozo de su libro donde cuenta sus experiencias en el tema:
Otra vez tengo que solapar otra baja, esta vez en el taller de tornos revolver…
Inicio mi experiencia como tornero en los tornos revolver, (debían su nombre al
funcionamiento en tambor del mismo).
Muy ilusionado por el cambio (siempre la maldita ambición de mejorar), pronto se
tornó en desilusión y no gratuitamente por lo que se verá más adelante...
La tarea consistía en tornear tornillos y otras piezas de gran dimensión y en gran
cantidad, tarea a la que me aplico con la energía del neófito, y pronto logro tener un
gran cajón, que no puedo mover simplemente con los brazos.
Llegué con el mono gris del taller de procedencia, color a lo que se verá más adelante
totalmente inadecuado por lo que resaltaba el aceite sobre él.
Finalizada la jornada, me dispongo a limpiar todo el aceite rebosante, que no es
poco, pues la máquina, entre la vaporización del aceite y el salpicado del mismo por
la rotación de la materia prima, genera una lluvia a modo de chirimiri que empapa
toda la máquina y el entorno...ahora entiendo el motivo por el que mis compañeros
todo lo guardan en bolsas de plástico en los bolsillos, tengo los tiques que guardaba
en los bolsillos del peto completamente “aceitados”.
El peto de un gris aceitado, se me adhiere a la carne por el efecto del aceite, de un
modo bastante incómodo...
Terminada la jornada me quito el peto, el cual tengo que guardar en una bolsa de
plástico para llevármelo a lavar a diario por la cantidad de aceite que tiene encima.
El espectáculo de las duchas merece un apartado especial.
Pasadas algunas semanas de tornero, me han salido unos granos horribles y
purulentos en las extremidades principalmente.
A pesar de que nos dotan de un jabón germicida, los granos no se quitan...esto de los
granos además de ser un mal generalizado, tiene un efecto perverso sobre las
relaciones sociales, pues dado su mal aspecto dan la sensación de que el portador de
los mismos tiene una enfermedad contagiosa.
Este estado tan lamentable respecto a la salud laboral se debía además de a la
negligencia criminal de los mandos y doctores del servicio médico, a la no menos
criticable gestión del comité de seguridad e higiene, gestión tradicionalmente
"casera", debido que siempre entraban en colisión con "las pelas" esto desazonaba
a los delegados de personal, dado que la colisión con intereses económicos siempre
es más fuerte que cualquier consideración política...
Sigue nuestro sindicalista describiendo la situación y el infierno en que vivían, que ahorro la exposición por no cansar.
Ahora vamos un tiempo más tarde, donde nuestro concienciado sindicalista se decide a poner mano en el problema sin solucionar de hace años atrás y muchos intereses creados.
En la reunión mensual presentamos el problema de los granos que afectan al personal
de tornos, Dobles Worner, prensas y platinaje, problema epidémico que duraba ya
años, solo teniendo tratamiento farmacológico.
Salta el médico jefe del servicio –H- como impulsado por un resorte y dice que
él personalmente lleva el tema del aceite y que está en permanente contacto con el
que considera único portavoz válido (se refiere al delegado traidor M. que lleva
las relaciones con el médico o algo así) y que el problema está controlado
farmacológicamente...
Después de debatir y exponer el problema que hemos detectado y que data de años
atrás sin darle otra solución que la farmacológica (todas las semanas se repartía entre
el personal frascos de "Multidermol", cremas barrera etc. con gran gasto farmacéutico
que administraba el propio doctor) terminamos la reunión sin acuerdo y con la
declaración del médico de que no acepta el problema de los granos en la medida que
nosotros lo exponemos...
Nada mas terminar la reunión me encamino a los talleres afectados por la epidemia
de granos y convoco asamblea donde explico y les comento lo dicho en la reunión
por el servicio médico, con lo que les sugiero que se presenten a dicho servicio
médico para enseñarle los granos y que se dé por enterado de la epidemia, ya que
según "el único portavoz válido" los granos están controlados... (Con lo que el
"portavoz traidor M." queda "apuntillado").
La gente se encrespa, dicen que se lo están comunicando al "traidor"M." todos
los días, terminada la asamblea se encaminan sobre unas doscientas personas
afectadas al servicio médico donde están a punto de agredir al "ignorante" doctor...
Días después de la casi agresión, el 17 de Enero me comunican que hay una reunión
urgente y extraordinaria para el tema de los granos en el despacho del médico jefe...
Asistimos el médico, el jefe de la NI, el jefe de mantenimiento, B, "los primos" y yo mismo...
Después de los saludos de rigor pasamos directamente al asunto sin orden
establecido.
Abro el diálogo sin dar tiempo a nadie de intervenir pues era un asunto que había
levantado yo contra el médico y sus conmilitones, exponiendo mi criterio de que
independientemente del análisis químico del aceite, tengo la convicción de que la
epidemia es de origen bacteriano, que con una limpieza en profundidad de las
máquinas, atacando con germicida el origen y creando una pauta de limpieza
preventiva y un cambio del aceite más frecuente con añadido de germicida en cada
cambio se acabará el problema.(Nos habíamos informado profusamente sobre el problema, en nuestra investigación, conocimos  una cuadrilla que realizó hacía tiempo esa tarea, tarea que se suspendió y ellos quedaron sin trabajo, pasando a la dinámica de control farmacéutico, con pingües beneficios en comisiones para el doctor administrador).
Interviene a continuación el jefe de la N I manifestando su coincidencia absoluta con
lo por mi expuesto y apuntando la necesidad de ponerlo en practica sin mas demora...
El resto de los reunidos se suma a lo por mi expuesto pasando a continuación a
estudiar la forma y frecuencia de su realización...
Después de la reunión paso a informar a los afectados.
Un problema que duró años, con un coste en salud y en farmacia fue eliminado con una pauta de limpieza...
Posteriormente realizo un seguimiento personal del tema de los granos
manteniendo la guardia levantada mientras fui delegado.
La cuadrilla que realizaba el trabajo, recuperó su cometido.

Esta historia pasada, de un ambiente laboral, es trasladable a Cataluña, allí durante muchos años, la endogamia política de nacionalistas ha reproducido estos mismos defectos: corrupción, intereses creados y resignación de la población sometida a esa “dictadura” implantada por los hechos consumados, educación - adoctrinamiento etc.
Sólo una determinación valiente que desmonte esos “intereses creados” y una acción de las masas reclamando sus derechos perdidos o secuestrados, lo mismo que hizo nuestro sindicalista en la historia que os he referido: “ convoco asamblea donde explico y les comento lo dicho en la reunión por el servicio médico, con lo que les sugiero que se presenten a dicho servicio
médico para enseñarle los granos y que se dé por enterado de la epidemia, ya que
según "el único portavoz válido" los granos están controlados... (Con lo que el
"portavoz traidor M." queda "apuntillado").
La gente se encrespa, dicen que se lo están comunicando al "traidor" M. todos
los días, terminada la asamblea se encaminan sobre unas doscientas personas
afectadas al servicio médico donde están a punto de agredir al "ignorante" doctor…”

Aquí la figura retórica del doctor H, puede ser la del ministro de educación que dijo “que eran casos puntuales”, si le inundamos con cientos o tal vez miles de denuncias, a lo mejor lo arregla o lo dimiten.

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